Castigado por robar un carrito

Robé un carrito de supermercado porque pensé que sería genial tenerlo en mi departamento.

Lo usé como mueble para mi ropa durante tres meses. Un día llega la policía a mi puerta.

Resulta que el carrito tenía un chip de rastreo que nunca noté. Pero aquí viene

lo bueno. El oficial mira el carrito lleno de mi ropa interior y me dice que técnicamente

cometí un delito federal porque crucé la frontera estatal con propiedad robada. Yo vivía a dos cuadras

del supermercado. Entonces me explica que la tienda está en un estado y mi edificio en otro.

Nunca lo supe. La multa era de tres mil dólares. Pero el oficial era el hijo del

dueño del supermercado. Me ofreció un trato. Trabajar gratis los fines de semana devolviendo carritos