Cómo acompañar la frustración infantil

Estás en la tarea, en el juego, en cualquier momento. Algo no le sale y tu hijo explota.

Llora, se enoja. Dice "no puedo". Tira todo y se rinde. Y tú te preguntas:

¿por qué se frustra por todo? Pero la frustración no es el problema, es la señal.

Un niño que se frustra mucho no es débil. Está aprendiendo algo que todavía no domina.

Tolerar el error, la espera y que las cosas no le salgan a la primera. Hoy muchos niños

quieren resultados rápidos y perfectos. Cuando no pasa, su cuerpo se desborda. En ese momento,

no necesita que lo apures, ni que lo rescates, ni que le digas: "No es para tanto".

Necesita un adulto que sostenga. Acompaña sin resolver. Quédate cerca, respira con él.