De la esclavitud a la libertad

Y cada bolita blanca que sale de la planta vale más que la vida de quien la recoge.

Ahí es donde empieza todo. Los negros, como les decíamos, porque así nos llamaban,

sin filtro, no estaban simplemente encadenados. Estaban metidos en un sistema que

los convertía en moneda. Se compraban, se vendían, se regalaban en

testamentos. No tenían nombre propio, sino números en un libro de cuentas.

Pero la gente no es solo carne para trabajar. También siente, recuerda y sueña.

Y eso nadie lo pudo borrar. Hubo revueltas tempranas, ¿sabes? En 1739,

en Carolina del Sur, un tipo llamado Cato, que era esclavo