Educar también es transformarse

Crié como muchas madres de mi generación: con amor profundo, con valores claros y con la mejor intención.

Era otra época, otras exigencias, otra información. Con el tiempo y viendo crecer a

mis hijas, entendí algo importante: la educación no puede quedarse estática. Cuando la vida cambia,

la educación debe cambiar. Ellas crecieron, encontraron su camino y yo crecí entendiendo

el mío. Ese fue el inicio de una transformación consciente. Aprender más,

observar más, acompañar mejor. No para hacerlo perfecto, sino para hacerlo

más coherente con los tiempos que vivimos. Compártelo con alguien que lo necesite

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