El caos como terapia

Mi terapeuta dice que necesito establecer límites saludables y trabajar en mi autocuidado.

Pero mi terapeuta real, el que me espera en casa a las tres de la mañana con

las patas arriba y la lengua afuera, tiene una filosofía completamente diferente. Su consejo profesional

incluye robar comida del counter, destruir cojines porque sí, ladrarle a su propia

sombra durante veinte minutos, y mirar fijamente la pared como si viera fantasmas.

Honestamente, sus sesiones son gratis, siempre disponibles, y me hacen reír

hasta llorar. Diez de diez, mejor inversión emocional que he hecho.

El caos también es terapia.