El Crepúsculo de los Dioses

Los nueve mundos se sostenían sobre las raíces de Yggdrasil, el árbol cósmico, pero ninguno brillaba

como Asgard, el reino dorado construido por los mismos Æsir después de forjar la creación

desde el cuerpo del gigante Ymir. Cuando los hermanos Odín, Vili y Vé terminaron

de crear Midgard para los humanos, necesitaban una fortaleza desde donde gobernar los

nueve reinos. Eligieron el lugar más alto del cosmos, donde las raíces del fresno sagrado

tocaban el cielo, y allí levantaron murallas que ningún gigante podría derribar. El maestro constructor

que se ofreció a edificar estas murallas pidió como pago el sol, la luna y la mano

de Freyja en matrimonio. Los dioses aceptaron creyendo que era imposible terminar la obra en una temporada.