El guía del más allá

Estuve en coma durante 3 meses, y vi el Cielo. Las cosas allá arriba salieron mal.

Ocurrió mientras navegaba en la bahía. Lo último que vi fue la botavara de madera de mi

bote girando hacia mí, y luego estrellas y galaxias pasando volando,

todas siguiendo una curvatura mareante, antes de que finalmente despertara en mi apartamento.

Recuerdo que grité. No solo por el horror de haber caído al agua en medio del oleaje,

y ni siquiera por el horror de contemplar una pesadilla cósmica que no entendía. No,

grité porque mi “apartamento” no era mi apartamento. Lo sabía en las entrañas.

Cuando miré a mi spaniel inglés, Bonnie, sentí lo mismo: no era Bonnie.