El milagro de la cercanía: Emanuel

La Navidad no es solo el recuerdo de un nacimiento antiguo. Es la celebración

de que Dios decidió no ser un espectador distante de nuestro dolor. En la persona

de Jesús, la majestad divina se unió a la fragilidad humana. Dios a secas

podría inspirar temor, pero Dios con nosotros inspira una confianza absoluta. Él se vistió

de nuestra piel para entendernos y caminó nuestro suelo para guiarnos. Nació en un

pesebre para que nadie se sienta excluido de su amor. En esta Navidad,

celebramos que ya no hay distancia. El Salvador está aquí. Feliz Navidad.