El rey Canuto y el mar

Mar, detente ya. Dijo el rey desde su trono, el mar no

hizo caso. Canuto era el rey supremo, corona, poder y lealtad.

Sus cortesanos repetían, nadie te puede ganar. Tan perfecto el halago,

que el rey dijo: Vamos a ver. Llevé mi trono a la playa,

esto lo voy a detener. Se sentó frente a las olas,

miró al agua sin dudar. Me levantó la mano y dijo: Mar,

hoy no puedes avanzar. Y stop, stop, mar,

stop. No mojes mi pantalón, soy el rey, tengo corona,