Fortaleza y Resiliencia en la Vida

Padre bueno, hoy miércoles me despierto sintiendo que la vida es un texto abierto,

y cada respiración escribe una línea nueva. Gracias por los hilos invisibles

con los que has ido tejiendo mis días: por las lecciones que llegan como lluvia fina,

por la paz que a veces se posa apenas un instante pero alcanza para sostenerme, por tu presencia

que se queda aun cuando mi mente divaga. Gracias por las personas que cruzan

mi camino y dejan destellos de tu bondad, y por la fuerza interior que descubro

justo cuando creía haber llegado al límite. Hoy te pido fortaleza: una que no haga

ruido, pero mantenga mi espíritu firme frente a lo incierto. Regálame resiliencia