Justicia poética en el trabajo

Resulta que mi jefe me despidió por llegar tarde a una junta que él mismo canceló.

Me corrió frente a todos diciendo que era un irresponsable. Salí humillado con mi caja de cartón.

Dos semanas después me llama un número desconocido. Era un abogado. Resulta que un tío

lejano que ni conocía me dejó su empresa de consultoría en herencia. Pensé que sería

algo pequeño. Llegué a la oficina y casi me desmayo. Era la empresa que le daba servicios

a mi antiguo trabajo. Mi ex jefe dependía de mí ahora. En la primera reunión entró y palideció

al verme. Le dije que necesitábamos renegociar el contrato porque los precios subirían.

Se le salió el tiro por la culata de la peor manera. Ahora él me manda correos rogando