Justicia poética en el vecindario

Resulta que mi vecina del piso de arriba llevaba meses quejándose con la administración de que yo hacía

fiestas ruidosas cada fin de semana. Inventaba historias completas sobre música a todo volumen

y gente gritando hasta las tres de la mañana. El problema es que yo trabajo turnos

nocturnos los fines de semana y mi departamento está vacío esas noches. La administradora

finalmente instaló cámaras en el pasillo para investigar. Primer giro: descubrieron que el ruido venía

del departamento de mi vecina. Segundo giro: las imágenes mostraban a su hijo universitario

organizando fiestas masivas mientras ella visitaba a su hermana fuera de la ciudad.

Cuando la administradora le mostró las pruebas, mi vecina se puso roja como tomate. Intentó justificarse