La casa de los susurros.

Encontré una casa en renta muy barata. Demasiado barata. El dueño solo dijo: “Si escucha pasos

en la noche, no se levante. Es normal.” Pensé que se refería a tuberías,

ruidos viejos… lo típico. La primera noche escuché claramente pasos subiendo las

escaleras. Luego pasos frente a mi puerta. Luego dedos raspando la madera.

Al día siguiente le llamé al casero para reclamarle, pero él solo repitió: —No abra la puerta.

Si la abre, ya no se van. La segunda noche los pasos llegaron más temprano.

Se detuvieron justo frente a mi cuarto… y esta vez escuché susurros: —¿Hoy sí?

¿Hoy sí abrirá? No dormí. A las 3:33 a. m., los pasos bajaron