La danza de David ante Dios

¿Imaginas a un rey… dejando su corona, su orgullo y su grandeza… para danzar como un hombre común

delante de Dios? Este es David. Y esta… es su historia. La nación celebraba. Después de años

de guerra, cansancio y espera, el Arca del Pacto —símbolo de la presencia viva de Jehová—

por fin regresaba a Jerusalén. Y David, el rey más poderoso de Israel,

no podía contener su alegría. Mientras el pueblo tocaba trompetas y los levitas entonaban

alabanzas, David hizo algo que sorprendió a todos: comenzó a danzar.

No una danza elegante de un monarca… No un movimiento tímido o calculado… David danzó con

todas sus fuerzas, con el corazón desbordado, con la pasión de un hombre que sabía que todo lo que