La separación no es culpa de los niños

❤️ CUENTO 56: “CUANDO APRENDÍ QUE LA SEPARACIÓN NO ES MI CULPA” Sebastián tenía 7 años y una idea

escondida en lo más profundo de su corazón: “Si yo hubiera sido mejor,

mis papás no se habrían separado.” Nunca lo dijo en voz alta, pero lo sentía cada

vez que veía a mamá suspirar, cada vez que papá llegaba cansado, o cada vez que tenía

que ir de una casa a la otra con su mochila, como si él fuera el puente que debía

sostener a dos mundos. Un día, mientras jugaba con sus carritos, escuchó a mamá hablar

por teléfono. Parecía preocupada, cansada. Sebastián se acercó despacio.

—¿Estás triste por mí? Mamá se sorprendió. —¿Qué? No,