La victoria de Heracles sobre el león de Nemea

Heracles puso rumbo a la región de Nemea para cazar al temible león de Nemea, una bestia cuya

piel era tan dura que era inmune a armas humanas. Durante días lo persiguió por montes

y valles hasta descubrir su guarida: una cueva con dos salidas. Astuto, Heracles bloqueó

una entrada y se lanzó por la otra, enfrentando al monstruo cuerpo a cuerpo. Heracles golpeó

al león con su clava en la cabeza con un golpe tan duro que se rompió y aturdió al león.

Con el león aturdido, Heracles lo agarró de espaldas y lo dejó sin aliento. Heracles decidió

llevarse la piel del animal para vestirla como armadura y para mostrarla ante Euristeo como

símbolo de su victoria. Como su piel era inmune a las armas, la espada del héroe no hizo nada,