No Jueguen en Mi Patio

Antes del tiempo y antes de los universos existía el Multiverso Primario, un caos infinito

de realidades. En medio de todo había un punto fijo que nunca cambió: un patio.

No era grande ni poderoso, pero estaba protegido por una ley más antigua que los

dioses: “Aquí no se juega.” La guardiana de ese lugar era la Mamayhe.

No nació guerrera, nació observando. Mientras otros peleaban, ella aprendía; mientras otros mentían,

ella veía la verdad. Así obtuvo su don absoluto: percibir la intención antes de la acción.

Por eso en todos los universos se dice lo mismo: a la Mamayhe no la van a engañar.

Una profecía advertía que el día que alguien jugara en el patio, el multiverso entraría en guerra.