Noches en Miami

Diez en punto de la noche y salgo como de costumbre. Prendas en diamantes

que seguen cuando me alumbre. Me diferencio de la muchedumbre. A mi estilo

puede que no te acostumbre. No sé si irme en el Mercedes o en

el Maserati. Modelos extranjeras que me dicen papi, api, api.

Están tirando al cel, ya me quieren ver. Seguramente ya están

locos por coger, pero soy yo quien les llevo la champaña. Si no es

como él, la rubia no se baña. Me voy de viaje y a

las dos ahora me extraña, o mejor dicho, el dinero que me acompaña.