Obsesión en el Bar

Una vez más salgo a buscarte a esa extraña ciudad donde un día

te encontré tan sola en la barra de un bar. Todo fue un

sencillo juego sin reglas, fácil de ganar. La emoción la pone el riesgo

y yo no sé arriesgar. Y otra vez en ese bar esperándote.

Pero no vendrás. Te has convertido ya en una obsesión mortal.

Pero el juego no ha acabado y no te retirarás. Yo ya he

ganado. ¿Cómo vas a pagar? Mi moneda no es el dinero

ni nada que puedas comprar. Si me dices te quiero hoy me dejaré