Pero todo se acabó

Recuerdo el día en que te conocí, mechones dorados brillaban en tu cabello.

Tu carita tierna reflejaba la inocencia más pura del amor sincero.

Sin miedo me acerqué y te pregunté si estabas sola o alguien ya

había robado. Tu linda sonrisa y tu corazón hermoso. Y toqué el

cielo cuando dijiste que no tenías a nadie a quien amar. En ese instante

supe que algo eterno iba a empezar. Pero todo se acabó.

Sí, todo se acabó. La vida a tu lado era tan hermosa

como tu carita llena de luz. Horas y horas en llamadas eternas hablando de amor,