El juicio del Papa muerto

La Iglesia Católica una vez desenterró a un Papa muerto para llevarlo a juicio.

Esto pasó en el siglo nueve y es una locura real. El Papa Esteban odiaba tanto a su

predecesor Formoso que, nueve meses después de su muerte, ordenó sacar su

cadáver podrido de la tumba. Lo vistieron con las túnicas sagradas, lo sentaron en un

trono y empezaron a gritarle acusaciones de corrupción. Lo más bizarro es que pusieron a un

diácono a responder por el muerto. Obviamente lo declararon culpable, le cortaron los

dedos de bendecir y lo tiraron al río. La gente se indignó tanto con este show

grotesco que poco después agarraron a Esteban y lo estrangularon en prisión.