Entrenar sin presión ni juicios

Llevo años entrenando en casa y recién descubrí que estaba saboteando mi propio progreso.

Todos hablan de disciplina y constancia, pero nadie menciona lo más importante: tu entorno te está

juzgando. Esas pesas perfectamente alineadas, ese póster motivacional, esa luz natural

entrando por la ventana. Todo eso no es decoración, es presión silenciosa. Cada vez que pasaba

frente a mis mancuernas sin usarlas, sentía culpa. Hasta que entendí algo radical: el

fitness no se trata de tener todo perfecto a la vista. Se trata de moverte cuando nadie está

mirando, sin el escenario montado. Guardé las pesas, quité el póster.

Ahora entreno cuando me nace, donde sea, sin testigos. Y paradójicamente,