La Abuelita de la Aguja

En el pueblo de mi madre hay una leyenda que todos juran es cierta. Hablan de 'La Abuelita

de la Aguja'. Una mujer anciana, de rostro arrugado y manos huesudas, que se aparece a

los niños que desobedecen y se escapan de casa después del toque de queda. No les hace daño.

No los golpea. Solo se les acerca, con una sonrisa sin dientes, y les muestra una

aguja larga e hilván. Les dice: 'Nene, se te está abriendo la costura. Déjame remendarte.'

Y cuenta la gente del pueblo, en susurros, que si el niño huye, a la mañana siguiente

lo encuentran en su cama, pálido y tembloroso. Y en alguna parte de su cuerpo,

en un brazo, en la pierna o incluso en la panza, tienen una pequeña cicatriz perfecta,