La obsesión que llevó al crimen

Mató a la mujer que amaba para "proteger" su conexión perfecta, una que solo existía en su cabeza.

Javier, un pintor, se obsesiona con Clara. Él cree que ella

es la única persona que realmente entiende su arte, creando una revelación absoluta en su mente.

Pero su cerebro, afectado por la depresión, empieza a distorsionar la realidad.

Todo se vuelve blanco o negro: o su vínculo es perfecto o es un engaño total. El silencio de Clara

se convierte en rechazo; su esposo, en una amenaza. El asesinato no fue un crimen pasional,

sino el resultado de este colapso cognitivo. La apuñaló para "preservar" la verdad

que él había creado. Aunque sabía que la estaba matando, su mente delirante no le permitía comprender