La oscuridad en la mente humana

Tu peor enemigo vive dentro de tu cabeza y Edgar Allan Poe lo demostró mejor que nadie.

En El gato negro, el terror no viene de fantasmas, sino de la culpa y la autodestrucción.

Tienes a un narrador que jura que no está loco, pero que por culpa del alcohol le arranca

el ojo a su mascota y termina matando a su esposa. Lo brutal es la ironía: el tipo

cree que cometió el crimen perfecto escondiendo el cuerpo en la pared, pero es el gato

el que maúlla y lo delata ante la policía. Al final, el verdadero monstruo

no era el animal, sino la oscuridad que el protagonista llevaba escondida en su propia mente.