La seducción de la confianza propia

Lo más atractivo no es lo que muestras sino cómo lo haces sentir. Esa noche en la

fiesta navideña, las luces de colores bailaban en las paredes y la música creaba esa atmósfera

perfecta. Cuando me quité el suéter revelando ese top que había elegido con tanto

cuidado, no fue el acto en sí, fue la confianza con la que lo hice.

Su mirada de admiración no era solo por lo físico, era por la energía que proyectaba.

Esa seguridad juguetona que decía todo sin palabras. La verdadera seducción vive en cómo te

sientes contigo misma, no en la aprobación de nadie más. ¿Cuándo fue la última

vez que te sentiste completamente segura en tu propia piel?