Superando el TDPM: Un camino hacia la estabilidad

Dos semanas al mes, te conviertes en una persona que no reconoces. Así se sentía Laura:

con una irritabilidad explosiva, tristeza profunda y ansiedad al límite justo antes de su

periodo. No era solo síndrome premenstrual, era Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM).

Su vida personal y laboral se estaba desmoronando. El tratamiento fue una combinación

de un antidepresivo y un anticonceptivo específico. En tres meses, los síntomas se

redujeron a más de la mitad. Volvió a sentirse estable y en control. No es "estar hormonal",

es una condición médica que tiene solución.